Despedida a Adolfo Castelo

Esta noche es triste, el cielo está llorando lágrimas de sal, porque decidiste dejarnos. Así, tan de repente, para siempre. El silencio ésta noche se hace intenso, doloroso. Afuera la tormenta azota las calles, desconsolada.
Miles de voces se alzan ésta noche en tu nombre; te recuerdan, te veneran, te acompañan. Son esas pequeñas almas taciturnas, que acompañaron cada uno de tus pasos por la tierra, las que hoy lloran tu ausencia.
La lucha fue tu bandera. Te vimos luchar contra todo y contra todos, y luchaste hasta tus últimos suspiros.
Esta noche es triste, aún te estamos despidiendo. Los lamentos de tu gente se hacen oír, retumban en los oídos, penetran en el alma.
Tus alas se han desplegado ésta noche, bajo lágrimas de lluvia; ellas te envuelven, te abrazan, alzando tu vuelo a la eternidad.

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