Verdad

Hoy la verdad golpeó a mi puerta,
no eres feliz, confesó indiscreta
mientras se acomodaba en mi sillón.
Yo sólo atiné a cerrar mi boca.

Lo tienes todo, plena eres de vida.
Haces todo aquello cuanto amas,
no das explicaciones, nunca lo has hecho.
Vives tal como deseas vivir.

Y no tienes nada, estás vacía.
La desolación se apodera de ti cada noche,
esa taquicardia que tienes la anuncia.
Y tú sólo das inútiles brazadas de ahogado.

Esperas ese inminente rescate
que no llega, y en el fondo de esa agonía
temes que jamás suceda, porque te conoces
y las fuerzas se agotan.

Mi verdad me observa tras la puerta,
bajo la espesa bruma de la noche
se aleja como vino, solitaria.
"¡No soy feliz!", le grito.

Comentarios