Veinticuatro abriles

Veinticuatro abriles en el placard,
un presente que yace vacío
junto a ésta cruel soledad,
y el tiempo que ya se agota.

La desesperanza que crece
con cada día que pasa,
si tan sólo vinieras a buscarme…
sabe que te estaré esperando.

Una suplica desesperada tal vez,
pero se lo permito a mi alma
porque bien sé que la soledad
también te acecha incansable.

Cansada de caminar sin rumbo,
ya no tengo lágrimas para llorar,
la sonrisa me abandonó con la última brisa.
Te esperaré junto a mi ventana.

Convencida estoy de que llegarás,
huyendo de tu soledad me encontrarás,
y como almas gemelas volaremos
donde las sombras no nos alcanzarán.

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